La exposición continua al material después de su alteración produce asbestosis e incrementa potencialmente las probabilidades de desarrollar cáncer de pulmón, de laringe y de ovarios.
Actualmente, la presencia de amianto en el metro, centros de salud públicos y colegios es un problema que requiere de especial atención, sobre todo, tomando en cuenta la lista de víctimas fatales hasta ahora registradas.
Por suerte, a día de hoy existen empresas que disponen de los recursos y metodología necesarias para analizar zonas a gran escala e identificar el material en las estructuras de la ciudad. GDA es especialista en la gestión del amianto en Madrid y se encarga de todo el proceso, incluyendo el censo en la provincia.
El también denominado asbesto, es una materia prima de origen natural presente en el fibrocemento. Su composición reúne actinolita, antofilita, grunerita, crisotilo, tremolita y crocidolita, series minerales conocidos por su elevado nivel de fibrosidad.
Las fibras de amianto son incombustibles, fuertes, resistentes y duraderas, un conjunto especial de características que justifican su gran demanda en diferentes productos manufacturados.
Si bien las propiedades aislantes, mecánicas y resistencia al calor son una ventaja, la capacidad de permanencia en suspensión de las microfibras en el aire representa un riesgo cuando el contacto es prolongado. Esto se debe a la facilidad con la que consiguen ingresar y alojarse en el tracto respiratorio.
Aunque se trata de una materia prima de gran presencia en el sector de la construcción y en la manufactura de múltiples productos, los efectos nocivos del asbestos son conocidos desde el siglo I. Los registros describen una patología respiratoria desarrollada por los esclavos que trabajaban con el material.
La fibrosis pulmonar por asbesto aparece en Londres en el año 1906 y en 1935 salen a la luz pública los primeros ensayos que evidencian el vínculo que existe entre el material y el cáncer de pulmón.
Los pulmones y la pleura son los órganos más vulnerables a los efectos nocivos del amianto. La asbestosis es una de las principales consecuencias de respirar las microfibras y el polvo del material.
Esta forma de fibrosis pulmonar intersticial se caracteriza por la cicatrización del tejido de los pulmones que impide su correcto funcionamiento. Debido a que suele ser asintomático y su diagnóstico requiere de una radiografía de tórax o la TC, la asbestosis puede conducir a la discapacidad e incluso, la muerte.
Cáncer de pulmón
El riesgo de padecer cáncer de pulmón a consecuencia de respirar las fibras de asbesto es superior al del tabaquismo. Por lo general, el desarrollo de la enfermedad puede demorar alrededor de 20 años y se debe a la evolución de las lesiones.
Asimismo, existe el riesgo potencial de desarrollar mesotelioma, un tipo de cáncer que se manifiesta en las membranas encargadas de revestir la zona abdominal y parte interna del tórax.
La sintomatología de ambos cánceres es bastante similar, se caracteriza por la presencia de fatiga, tos, dolor en la zona torácica y dificultad respiratoria. Si bien la evolución del mesotelioma puede detenerse si se trata de forma oportuna, presenta una elevada tasa de mortalidad.
La capital española es uno de los lugares donde más se concentra el amianto, después de todo, el material fue altamente utilizado durante las décadas de los 60, 70, 80 y 90 en la construcción de grandes e importantes edificaciones.
Si bien la presencia del material en ciertos elementos de Metro de Madrid fue lo que despertó la preocupación, la problemática del suburbano es apenas uno de los casos que se han detectado recientemente.
Este importante colegio de la localidad cuenta con un gimnasio cubierto cuyo techo es de uralita. El estado de alerta desencadenado por el caso del metro, fue lo que motivó al sindicato CSIT-Unión Profesional a solicitar al Ayuntamiento de Getafe un estudio que garantice la seguridad y determine si es necesario el desamiantado.
En octubre de 2017, la Confederación Sindical de Comisiones Obreras, CC. OO., en su calidad de organización sindical para la defensa de los intereses de los trabajadores, alertó acerca de la presencia de amianto en el Hospital Gregorio Maraño, específicamente en una galería de servicio del pabellón.
Sin embargo, esto no es lo más preocupante, De acuerdo a la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, el asbesto está presente en 41 centros de salud, una cifra que equivale al 10% de la totalidad disponible en la ciudad. Hasta el momento, sólo cinco centros han sido beneficiados con el desamiantado.
Alrededor de 1.300 hogares de Orcasitas exponen a sus habitantes al contacto con las fibras del asbesto. La antigüedad de las viviendas es lo que eleva la preocupación de la colectividad, a fin de cuentas, el deterioro del material eleva su peligrosidad.
La denuncia de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Madrid respecto a este sector, se acompaña de casos similares en otros puntos de ciudad como son el Barrio de San Pascual y el Poblado Dirigido de Fuencarral.
La propuesta de la entidad es clara, llevar a cabo un registro que permita el seguimiento de los casos y, en función del nivel de riesgo, comenzar el proceso de retirar el material presente tanto en las uralitas, como en telas asfálticas, tuberías y piezas de calderas.
Entre 1960 y 1990 decenas de trabajadores estuvieron expuestos al contacto con las microfibras de amianto. No sólo los operarios fueron víctimas del efecto del material, también algunas de sus mujeres terminaron enfermas como consecuencia de la manipulación de sus uniformes de trabajo al momento de lavar.
Cabe destacar que las medidas de desamiantado vienen llevándose a cabo desde hace más de 7 años en Getafe. En noviembre de 2017, se retiraron los restos de asbestos del Polideportivo en ruinas.
Aunque la acción tenía como objetivo eliminar el riego, la demolición del lugar fue bastante controversial debido a la cercanía del lugar con el instituto Puig Adam y la realización del procedimiento durante la jornada escolar.
En la actualidad, en España existen asociaciones de víctimas y sindicatos que luchan por una compensación digna para los afectados por la exposición al amianto. Julián Martín fue el primer trabajador al que se le reconoció una enfermedad profesional por dicha causa.
Por desgracia, Martín es apenas una de las 10 víctimas fatales asociadas al caso del suburbano en menos de cinco años. El operario de mantenimiento, desconocía que las piezas del tren que manipuló durante décadas contenían el tóxico mineral prohibido en el país desde el año 2002.
Al igual que muchos otros trabajadores, Martín acudió a revisión médica por presentar dolores continuos en la espalda. Ante la falta de mejoría, una radiografía confirma el irreversible diagnóstico: cáncer en los pulmones provocado por inhalación de amianto.
En marzo de 2022 el Instituto Nacional de la Seguridad Social confirmó 18 casos de trabajadores del Metro de Madrid perjudicados, de los cuales la empresa sólo reconoció 6.
El censo de amianto tiene como propósito lograr la eliminación de todo el amianto de la ciudad. En el registro se especifican las instalaciones donde está presente el material cancerígeno, una iniciativa que forma parte de los planes de acción de muchos países con el objetivo de sanear el planeta.
Es importante aclarar que el censo tiene carácter público, por lo que bien puede considerarse un derecho ciudadano. La planificación de un calendario de trabajo permite a las entidades encargadas de cada CCAA la correcta coordinación con las empresas encargadas para el retiro seguro del material.
La información recopilada en el censo supone la posibilidad de establecer un plan de acción oportuno, definir los criterios claves para el seguimiento, control y total desamiantado según el nivel de riesgo que implique.
Asimismo, representa una herramienta definitiva para los departamentos técnicos encargados de gestionar los diferentes procesos. Además de reforzar la eficiencia, el objetivo se simplifica gracias al adecuado uso de los recursos.
Fuente: www.madridiario.es
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