No hay que olvidar que el amianto en todas su formas y presentaciones, incluido el muy abundante fibrocemento, tiene la cualidad de desmenuzarse en partículas que no se ven (del tamaño de micras) pero que son potencialmente cancerígenas. A esto se le llama friabilidad.
Y no hay que olvidar tampoco que esta friabilidad se produce con más intensidad cuanto mayor es la agresión que se ejerza con los materiales que contienen amianto.
Por eso, el proceso del desamiantado es muy delicado, y si no se siguen unos procedimientos establecidos puede dar lugar a un desprendimiento y depósito de fibras mucho mayor que el que se produce cuanto está meramente instalado.
Hay que distinguir dos actores principales en este proceso de desamiantado: los trabajadores que hacen la tarea de retirarlo, por una parte, y los vecinos cercanospor otra (especialmente en el caso de Colegios, el profesorado y el alumnado, por otra que tiene que volver al mismo y coexistir con los residuos que le hayan dejado después de realizar la tarea de desamiantado).
La rigurosa protección que exige la ley para los trabajadores.
En este capítulo le corresponde la responsabilidad a la propia empresa, a la Administración y su vigilancia específica y a los propios trabajadores que deben cumplir la normativa para su propia seguridad.
El Real Decreto 396/2006[1] contiene todas las especificaciones necesarias. Y la GuíaTécnica para la Evaluación y Prevención de los Riesgos relacionados con la exposición al Amianto que propio Ministerio de Trabajo (INSHT) [2] ha desarrollado en 2008, como guía de buenas prácticas, despeja todas las dudas que el propio decreto pudiese contener.
Por ello, las empresas deben estar inscritas en el RERA (Registro de empresas relacionadas con el amianto); dar formación a sus trabajadores; hacer un plan de desamiantado que aprueba la Administración; tener un depósito transitorio dónde depositar el amianto y contar con un gestor de residuos autorizado que se encarga del depósito final del amianto encapsulado que ha sido retirado.
La rigurosa protección de los vecinos y de los futuros ocupantes del lugar desamiantado.
Aunque decimos que las leyes del amianto se refieren solo a los trabajadores, y es verdad en gran parte, en ellas y en otras de prevención de riesgos, hay suficientes elementos normativos y de sentido común para tener instrumentos de vigilancia y exigencia suficientes para controlar que el desamiantado sea seguro.
Por ejemplo, en los comentarios de la Guía técnica del INSHT, los artículos 4, 5 , 6 y el Apéndice 2 contienen suficientes exigencias de protección del medio ambiente.
En particular destacamos el Art, 6 que dice que Las fibrasde amianto producidas se eliminarán, en las proximidades del foco emisor, preferentementemediante su captación por sistemas de extracción, en condiciones que no supongan un riesgopara la salud pública y el medio ambiente.
Y el Apéndice 2. 2.1 b) nos recuerda que es importante señalar que la finalidad de las mediciones en estos casos (para personas distintas a los trabajadores) no es la evaluación del riesgo sino su eliminación y que Las causas más comunes de las exposiciones de otras personas son: (
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Por la contaminación residual del aire del lugar de trabajo después de finalizadas las obras por las causas anteriores y por deficiencias en las operaciones de limpieza final.
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Fuente: www.rebelion.org
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=216904