El descubrimiento de amianto en áreas del barrio de Altza, donde está proyectada la parte exterior del nuevo polideportivo para el barrio, ha puesto sobre la mesa una realidad existente en la capital guipuzcoana, así como en numerosos suelos anteriormente industrializados. Aunque el amianto es un material frecuente en los edificios, ya que se ha utilizado durante años en la construcción, no es habitual hallarlo debajo de la tierra, como ha sucedido en la campa de Tomasene y en los aparcamientos cercanos al polideportivo, que iniciará el día 1 su demolición.
Pero Donostia no solo cuenta con suelos contaminados en el barrio de Altza. Según el mapa del inventario de suelos potencialmente contaminados, que va elaborando paulatinamente la sociedad pública de gestión ambiental del Gobierno Vasco, Ihobe, la capital guipuzcoana cuenta con unas 380 zonas con suelos potencialmente contaminados. Algunas fuentes concretan la cifra en 381 a fecha del 16 de noviembre, mientras que el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno Vasco señala que son 377.
Amianto aparte, existen otros materiales que aparecen con mayor frecuencia en los suelos contaminados del País Vasco, especialmente metales pesados e hidrocarburos del petróleo. Además, también pueden hallarse hidrocarburos aromáticos policíclicos, que están en el petróleo, el carbón y en los depósitos de alquitrán, así como compuestos organiclorados (que se usan como insecticidas o pesticidas). También pueden aparecer, aunque en menor medida, cianuros o los denominados BETX (benceno, tolueno, etilbenceno y xileno). Estos compuestos forman parte de los derivados del petróleo, tales como la gasolina.
Cada uno de los materiales produce la polución de los suelos y requiere un tratamiento específico y diferente en cada caso con el fin de poner los terrenos de nuevo en uso, según las directrices medioambientales en vigor. A lo largo de 2015 se investigaron tres emplazamientos posiblemente contaminados, con una superficie total de 0,71 hectáreas, lo que supuso un incremento del 9% en los lugares analizados respecto al año anterior, según señala la última memoria medioambiental de la Fundación Cristina Enea.
La detección de suelos potencialmente contaminados ha ido en aumento en los últimos tiempos y, por lo tanto, el mapa de Ihobe cuenta también con cada vez más zonas señalizadas, tanto en Donostia como en otros puntos de la Comunidad Autónoma Vasca. En 2011, según la memoria de la Fundación Cristina Enea, el número de zonas potencialmente contaminadas de la capital guipuzcoana era de 370 y sumaban 147,33 hectáreas, es decir, un 2,4% del término municipal. En ese año se había detectado un 26% de incremento de superficie potencialmente contaminada respecto a 2008. En ese ejercicio se llevó a cabo un inventario de suelos potencialmente contaminados, que dio como resultado un total 697 emplazamientos, que correspondían al 2% de la superficie de la ciudad. La cifra de lugares es muy superior al número actual (377), pero este descenso es aparente ya que, en el mapa actual, se han reagrupado algunas parcelas.
Los puntos negros de posible contaminación están repartidos por toda la ciudad, incluido el enclave de Zubieta. No obstante, las dos islas verdes pertenecientes al término municipal -Landarbaso y Oberan-Urdaburu- están vírgenes de contaminación, así como la zona Oeste de Donostia, correspondiente a Igeldo.
Las bolsas de tierras potencialmente contaminadas se hallan en el polígono de Igara, en zonas de Belartza, en Merkabugati, en Añorga y en Benta Berri. También hay detectadas zonas de presunta contaminación en Altza, el vertedero de San Marcos, Molinao, Bidebieta, Cocheras, Gros, Morlans, Basozabal, Polígono 27 y El Infierno.
vertedero autorizado Fuentes del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno Vasco explican que, generalmente, a diferencia de lo sucedido en Altza, cuando aparece amianto suele ser como consecuencia de la destrucción de elementos de una instalación que lo contienen, por ejemplo, a causa de actos vandálicos o rotura de inmuebles sin el debido control. El amianto se presenta generalmente con trozos de placas de fibrocemento roto sobre el suelo. Cuando ése ha sido el caso, se ha exigido la recogida, en condiciones de seguridad, de los trozos para su posterior gestión en un vertedero autorizado para este tipo de residuos, explican las mismas fuentes.
En el caso de Donostia, el Gobierno Vasco explica que, a la espera de contar con los datos definitivos de los puntos con amianto cercanos al polideportivo de Altza, pueden plantearse dos alternativas: una de ellas consiste en la excavación controlada de los materiales contaminantes y en su traslado a un vertedero autorizado, mientras que la otra sería el encapsulamiento o sellado de la zona en la que se han detectado estos materiales.
Cualquiera de las dos alternativas tiene un coste elevado, según señalan las mismas fuentes, que añaden que solo cuando se conozca exactamente la situación del emplazamiento podrá determinarse cuál es la alternativa más adecuada ambiental y económicamente.
Fuente: www.noticiasdegipuzkoa.com
http://www.noticiasdegipuzkoa.com/2016/11/27/vecinos/donostia-tiene-380-areas-de-suelos-potencialmente-contaminados