La OMS pone como límite 2020 para retirar los termómetros de mercurio
Como ya ocurriera con otras sustancias y materiales peligrosas como el amianto, el mercurio enfila el camino de su desaparición, al menos en los dispositivos médicos de medición como los termómetros y los tensiómetros. Y es que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha puesto en marcha la iniciativa Salud libre de mercurio en el año 2020 con la intención de poner fin a los riesgos de la exposición de la población mundial a este producto. La decisión adoptada, correcta para las voces expertas consultadas, supone no obstante aplazar una medida que podría hacerse efectiva en un plazo menor de tiempo dadas las alternativas existentes en la actualidad en el mercado.
Así lo entiende José María Rojo, profesor asociado del Departamento de Química Inorgánica en la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UPV/EHU, quien explicaba, en declaraciones a este periódico, que aunque "sin duda es una decisión correcta, el plazo es demasiado largo ya que existen materiales suficientes e incluso más baratos que pueden cumplir la función del mercurio en los termómetros". Aunque esta iniciativa establece esa fecha límite, lo cierto es que se lanza coincidiendo con la reciente firma del Convenio de Minamata, suscrito bajo el auspicio de la OMS, donde se permite que los países sigan utilizando el mercurio en aparatos de medición médicos hasta 2030 bajo ciertas circunstancias especiales.
Y todo, a pesar de que la propia directora general de este organismo Margaret Chan, confirmaba que el mercurio es uno de los diez principales productos químicos de mayor preocupación para la salud pública "y es una sustancia que se dispersa y permanece en los ecosistemas para otras generaciones, causando graves problemas de salud y discapacidad intelectual a las poblaciones expuestas". Un diagnóstico en el que coincide el Doctor Rojo, quien ilustra que respirar vapor proveniente del mercurio metálico que contienen algunos termómetros liberado tras su rotura puede producir efectos no deseados, principalmente sobre el sistema nervioso central: "Temblores, hormigueo, trastornos psicológicos con depresión, debilidad muscular, etc.".
La pregunta entonces es por qué se ha tardado tanto tiempo en recomendar su prohibición y por qué se concede un plazo tan dilatado en el tiempo para cumplir ese requerimiento. La respuesta, a juicio del docente de la Facultad de Ciencia y Tecnología, es sencilla: "Debido sin duda a razones comerciales y de presión sobre las distintas autoridades sanitarias, como la Organización Mundial de la Salud". Pese a todo, puntualizaba el doctor Rojo que los procesos de prohibición de sustancias químicas peligrosas o de algunos materiales como el benzeno y el amianto "suponen procesos muy largos tanto desde el punto de vista técnico, para encontrar los sustitutos adecuados, como desde el punto de vista económico y social. Y en el caso del mercurio, algunas de estas especies tienen todavía aplicaciones industriales no sustituidas por el momento".
En este sentido, la OMS y sus asociados se comprometen a trabajar para la eliminación de mercurio de antisépticos tópicos y de cosméticos para aclarar la piel; desarrollar estrategias de salud pública para hacer frente a las repercusiones sanitarias del uso del mercurio en la extracción aurífera artesanal y a pequeña escala. "Vamos a trabajar con los gobiernos para garantizar que puedan cumplir con sus obligaciones en virtud de la Convención, especialmente en las áreas de salud", añadió la directora de la OMS para Salud Pública y Medio Ambiente, la doctora María Neira.
Materia prima
Instrumentos
El mercurio metálico se utiliza en instrumentos electrónicos y de precisión como termómetros, barómetros,
; en la industria eléctrica con la fabricación de lámparas fluorescentes; "y otras especies orgánicas o inorgánicas se utilizan como plaguicidas, en pinturas, en la fabricación de cloro, etc.", ilustraba el profesor del Departamento de Química Inorgánica en la Facultad de Ciencia y Tecnología, y Técnico Superior de Prevención del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo. El Convenio de Minamata estará abierto a la firma de los países hasta el 9 de octubre de 2014. "El trabajo incansable y comprometido de las enfermeras, los médicos, y los líderes de hospitales, junto con organizaciones no gubernamentales, gobiernos y funcionarios de Naciones Unidas ha demostrado que el cambio a la salud libre de mercurio es posible, asequible e inevitable", indicó el director global del proyecto Salud Sin Daño, Josh Karliner.
http://www.deia.com/2013/12/08/sociedad/estado/fin-a-la-fiebre-del-mercurio
