El amianto desaparecerá de los edificios públicos antes de 2028

Hace décadas, el amianto fue un componente muy usado en materiales de construcción, como la uralita, cuyos riesgos para la salud se han revelado con el tiempo. La retirada de estos materiales con amianto exige cualificación y unas especiales medidas de protección. 2028 es el año que se ha fijado para que los edificios públicos españoles ya no tengan amianto.

Carlos Vinués, operario de Ebrosdan, cuenta como retiran las placas de uralita de un cobertizo doméstico de Santa Eulalia del Campo, en Teruel: "Hay que cortar entre la arandela y la cabeza del tornillo. Se transportan manualmente al andamio, y un oficial espera en el suelo para recogerlas y depositarlas en un plástico para que no contamine el suelo ni la pared en las que se apoyan las placas".

Quienes retiran material con amianto son especialistas. Se protegen con buzos herméticos, guantes y mascarillas para evitar inhalar su polvo. Vigila el proceso un servicio de prevención ajeno, y usan un filtro de medición. "Está constantemente recogiendo, es un muestreo real de la zona de respiración. Una vez que terminan los trabajos, que no pueden durar más de cuatro horas, lo tapamos, lo cerramos perfectamente y lo guardamos y lo enviamos al laboratorio", detalla Ángel Vázquez, técnico superior de riesgos laborales de Geseme.

Terminado el trabajo se aspira la zona y los Equipos de Protección Individual (EPI) pasan por una unidad de descontaminación.

El uso del fibrocemento en la construcción se popularizó en el siglo XX. Lo denominaban el material mágico: ligero, impermeable, aislante, fácil de colocar y barato.

"El amianto era una muy buena solución y su sustitución viene por el problema sanitario. Tú las tienes que colocar, pues tienes que hacer un agujero, tienes que taladrar, tienes que cortarlas y en ese momento del corte es cuando saltan fibras", comenta Enrique Cano, profesor de Construcciones Arquitectónicas de la Escuela de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad de Zaragoza.  

Esas fibras pueden quedarse alojadas en los pulmones, causando enfermedades mortales como cáncer de pulmón o asbestosis a quienes han estado expuestos, sobre todo, trabajadores de la construcción o la industria. España prohibió el uso de materiales con amianto en 2002 y la Unión Europea quiere erradicarlo para el año 2032.

Problemas de salud por exposición al amianto

El Hospital Miguel Servet de Zaragoza tiene en funcionamiento un programa de control a personas que han trabajado o trabajan con asbesto, ya que patologías como el cáncer de pulmón o el mesotelioma pleural puede manifestarse incluso 20 o 30 años después de la exposición al amianto.

"El tiempo de latencia entre la exposición y la enfermedad puede ser de décadas. Por eso es importante mantener las revisiones a lo largo de toda la vida de la persona", recalca Juan Antonio Domingo, jefe de Neumología del Hospital Miguel Servet de Zaragoza. 

Los sindicatos piden la puesta en marcha del fondo público para víctimas del amianto aprobado por el Congreso de los diputados en 2022. Estaría dotado de 25 millones de euros y tendría como beneficiarias a las personas con enfermedades ocasionadas por el amianto y a sus familiares. La previsión del Gobierno central es aprobar el reglamento que regulará el fondo antes de final de junio.

Fuente: www.cartv.es

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