Como nieve que quema. Así caía el amianto sobre las cabezas de los trabajadores del naval, hasta la prohibición de este material cancerígeno en los astilleros en 1987. Según confirma la neumóloga Carmen Diego, responsable de la consulta monográfica de asbestosis de Ferrol (única en Galicia), sobre el 80 % de los trabajadores del naval en la ría se encontrarían afectados «en mayor o menor medida». El porcentaje se refiere a aquellas generaciones de operarios en activo hasta su prohibición (se usaba como aislante térmico en el forrado de buques). La provincia coruñesa sería «una de las más afectadas en España». La asociación Agavida calcula más de 12.000 víctimas a nivel provincial, «y prácticamente todas en Ferrolterra» (sobre todo en antiguos astilleros de Bazán en Ferrol y Astano en Fene, que ahora pertenecen a Navantia).
Entre esos antiguos empleados de Ferrol y Fene ahora enfermos, todos jubilados, figuran Guillermo Zaragoza, Ramón Castiñeira, Ramón Río, Manuel López o Juan García. Agavida nació en 2004, a través de una asamblea promovida por el histórico Rafael Pillado (también fallecido por el amianto el pasado 20 de febrero). Según su presidente Xoán Xosé Pita, «agora o Congreso aprobou o Fondo de Compensación para Vítimas do Amianto, o regulamento para aplicalo estase retrasando pero agardamos que esté listo este mes». Para dicho reglamento se aguarda la incorporación de personal de Defensa o efectivos de la Guardia Civil. Aunque no exista una lista oficial de muertos, Agavida calcula que en los últimos diez años perdió a 200 socios: «Con 20 mortos cada ano por este material canceríxeno».
Guillermo Zaragoza pasó por la mercante y la Pysbe. «Entrei en Astano (Fene) en 1973 onde estiven en monturas e marchei para casa en 2005, non sabíamos a perigosidade do amianto e era un tema tabú», relata. Con sus compañeros se sentaba sobre mantas con este material, «comíamos o seu pó e nin sequera tiñamos protección». Ahora tiene «as pleuras afectadas e unha capacidade respiratoria do 67 %, denegáronme a incapacidade e fun mellor atendido no centro de silicose de Oviedo que na consulta monográfica de Ferrol».
Ramón Castiñeira sufre asbestosis: «Empecé a trabajar con 14 años en auxiliares (en 1969) y después pase a Bazán donde permanecí 36 años, la empresa callaba sobre el uso del amianto y lo descubrimos cuando enfermamos a partir de los 60 años». Cuenta con una incapacidad, y en el día a día le cuesta «respirar, hablar, hacer esfuerzos». Ramón Río trabajó en talleres de coches, en Astano con monturas de 1964 a 1985, después pasó a Endesa con operación de central térmica. «Tamén en Endesa había amianto e gañamos un xuízo onde a empresa foi condenada», indica este antiguo operario con placas pleurales.
Manuel López entró en Astano (monturas) en 1963, con 16 años ya trabajaba a bordo de buques. «Xa de aprendiz o amianto caía sobre a miña cabeza, como neve, e despois estiven no desamiantado en reparacións», indica con capacidad pulmonar muy baja y placas pleurales «que só me detectaron cun TAC, pero non nas radiografías feitas desde 2003». Y Juan García padece engrosamiento pleural tras trabajar toda la vida en Astano.
Cada trabajador del naval de Ferrolterra encierra una historia relacionada con el amianto. Pero hasta Agavida (Asociación Galega de Vítimas do Amianto) también acuden antiguos operarios de A Coruña o Betanzos, tanto de astilleros como de otros sectores como la construcción o Defensa. Pero además hay viudas. Sofía Ruiz Pedreiras perdió a su marido en 2003: «José Romero trabajaba en Astano y se murió en 2003 con 58 años, yo tenía sobre 57».
Fátima Leonardo López se quedó viuda hace poco más de dos años: «Él se llamaba Ernesto Vidal García, murió por culpa del amianto con 62 años y yo tenía entonces 52». Ambas mujeres recalcan que «nos quedamos viudas jóvenes por este uso en los astilleros».
Como indica Manuel López, «na empresa daban apuntes sobre turbinas pero nunca falaban do amianto, nunca comunicaron que era malo para a saúde». Añade Ramón Castiñeira que «o que primaba era que traballábamos con material canceríxeno, pero o operario non o sabía e a empresa si... porque había outros 200 na porta esperando para entrar, así aparecerán moitos máis casos». Lamenta Manuel que «moitos son atendidos no ambulatorio a onde chegan agarrados por familiares, e non na unidade da asbestose». E o presidente da Agavida indica que «esa unidade da asbestose non fai recoñecementos desde hai máis de catro anos». Un recuerdo especial va para Pillado «e todos os que morreron, porque cada perda é un anuncio do que pasaremos nós».
La consulta monográfica de asbestosis (única en Galicia) arrancó en el hospital Arquitecto Marcide en 2002, con la neumóloga Carmen Diego al frente.
—¿La gran mayoría de los pacientes de esta consulta son trabajadores de astilleros?
—Son un 90 % de los pacientes. Antendemos a unos 1.500 por año, pero no tenemos una lista acumulativa porque hay altas o remisiones al médico de cabecera.
—El amianto se prohibió en España en 2002. ¿Cómo impactó a todo el naval?
—Estoy convencida de que la gran mayoría de la gente que estuvo en contacto con el amianto en los astilleros está afectada. Entre el 80 y el 90 % de la plantilla está perjudicada en mayor o menor medida.
—¿Se puede calcular cuándo la incidencia empezará a bajar?
—Hasta el año 2030 la comarca estará en el pico de la incidencia de este material cancerígeno debido a su período de latencia. Como mejor índice tenemos el mesotelioma, que es un buen marcador de la patología por amianto. Este material se prohibió en la construcción naval en 1987, pero tiene un tiempo de latencia de entre 40 y 50 años.
—¿Cómo perjudican sus fibras a los pulmones?
—En relación al trabajo que se desempeñaba en esta zona, el amianto se inhalaba y llegaba a los pulmones. Estos órganos intentan deshacerse de él porque es algo ajeno, pero fracasan en el intento y se producen reacciones inflamatorias. Ahí aparecen las placas pleurales (la enfermedad pleural aparece a los 40 años de haber estado en contacto con el amianto). Un paso más allá puede ser la asbestosis o fibrosis pulmonar por este material, que representa un 5 % de las consultas. También hay engrosamientos pleurales difusos, que ya implican dificultades respiratorias. Y está la posibilidad del cáncer de pulmón. Por eso se prohibió el amianto, porque producía cáncer de pulmón y mesotelioma (para este cáncer un factor de riesgo es trabajar en astilleros con este contacto).
—¿A qué nivel está afectada la provincia de A Coruña?
—A Coruña es una de las provincias más afectadas de toda España, y es con diferencia la más perjudicada de Galicia debido a los astilleros. También están las del País Vasco por la metalurgia, las de Cataluña por la industria de la uralita, o Cádiz y Sevilla también por el naval.
Fuente: www.lavozdegalicia.es
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