Sentencia histórica en el caso Eternit, el mayor proceso que se ha celebrado en Europa sobre el drama del amianto. La Justicia italiana ha condenado a 16 años de cárcel a dos exdirectivos de una compañía suiza que provocó la muerte de más de 2.000 personas y enfermedades a más de 600 debido al uso de amianto en sus construcciones.
Esta sentencia nos da el derecho a soñar. No solo en Italia, sino en todo el mundo. Soñar que se puede y se debe hacer justicia, proclamaba el fiscal del caso, Raffaele Guariniello, tras conocer el veredicto.
Los hechos ocurrieron entre mediados de los años setenta y ochenta. Según la sentencia, los encausados, el magnate suizo Stephan Schmidheiny y el barón belga Jean-Louis de Cartier, violaron las reglas de seguridad laboral para obtener mayores beneficios. Tras años de batalla legal, Bruno PESCE, uno de los 6.000 querellantes, afirma que se ha llegado a un punto sin retorno. No se pueden ignorar miles de muertes por muy poderosos que sean los responsables, dice.
Sabemos perfectamente que esto no ha acabado aquí, añadía otra de las querellantes. Todavía hay gente enferma y hay más víctimas. La descontaminación no se ha completado. Debemos continuar.
La sentencia fija una indemnización global de decenas de millones de euros para particulares y comunidades afectadas. La defensa va a recurrir.
Tal y como adelataba el periodista Enrico Bona, enviado especial de Euronews, el veredicto de este proceso pavimenta el camino hacia un segundo juicio, llamado Eternit-bis. La Fiscalía de Turín ya está trabajando en él. Los defensores son los mismos, pero esta vez deberán responder por muertes más recientes también debidas al amianto desde el año 2008.
La sentencia condena a los propietarios de Eternit a 16 años de reclusión por desastre doloso y omisión dolosa de medidas de seguridad. Los dos empresarios (el magnate suizo Stephan Schmidheiny y el barón belga Louis de Cartier de Marchienne) fueron declarados responsables de la muerte de unas 3.000 personas en Italia, ex obreros o habitantes de cuatro localidades donde Eternit Italia tenía sus fábricas desde 1976 a 1986. Schmidheiny y Cartier de Marchienne, son considerados por la fiscalía al cabo de una investigación de cinco años como los responsables de la gestión de Eternit Italia, fueron acusados de haber provocado "una catástrofe sanitaria y ambiental permanente" y de haber violado la reglas de la seguridad laboral.
Asimismo, les impone el pago de indemnizaciones a los afectados y sus familiares, a los ayuntamientos y regiones afectadas, a los organismos oficiales que han tenido que hacer frente a las consecuencias y a las organizaciones personadas en el proceso, que ascienden, al menos, a 170 millones de euros. Durante más de tres horas el juez Giuseppe Casalbore ha tenido que leer las sentencias de indemnización de cada uno de los más de 4500 afectados, entre la emoción y las lágrimas de las víctimas asistentes a la sala y la presencia de medios de comunicación de todo el mundo.
El origen del proceso está en la lucha abierta por los trabajadores de Eternit de la fábrica de Casale Monferrato (en la región italiana del Piamonte) y por los vecinos de la localidad, que vio como varios miles de sus ciudadanos enfermaron y murieron de cáncer por la exposición al polvo de amianto procedente de la fábrica.