Las labores de carga y descarga de buques, así como la estiba y desestiba, son tan antíguas como el transporte de mercancías por el mar. Estas labores suponen una conocida actividad de riesgo para la salud y son numerosos los estudios epidemiológicos realizados en estibadores portuarios que así lo documentan. En este grupo de trabajadores se ha detectado un aumento de las tasas de mortalidad e incidencia de cáncer de pleura (mesotelioma), laringe, pulmón y estómago, entre otros (1). Amianto, pesticidas, benceno, formaldehido y otros gases tóxicos, son agentes carcinógenos implicados. En un estudio realizado en el puerto de Hamburgo, que representa la segunda terminal de carga de contenedores de Europa, se inspeccionaron 2.113 contenedores de carga: en 1.478 (70%) se detectaron niveles de toxicidad para pesticidas, benceno, formaldehido y otros gases tóxicos, por encima de los límites tolerables de exposición crónica y en 761 (36%) los niveles excedían el límite de referencia para exposición aguda.
En otro estudio de seguimiento de 4.993 estibadores que trabajaron en el puerto genovés de Italia entre los años 1933 y 1980, y que contó con los datos del Registro de Cáncer de Génova, se calcularon las tasas estandarizadas de incidencia (SIR = Standardised Incidence Ratios), en función de los casos observados y esperados para distintos tipos de cáncer, tanto para los trabajadores que realizaban sus tareas al aire libre como para aquellos que trabajaban en interiores. Los autores del estudio hicieron esta separación porque el objetivo del mismo era determinar si la exposición solar incidía directamente en el riesgo de melanoma y como puede comprobarse por los resultados reflejados en la tabla aquí reproducida, efectivamente el riesgo de melanoma casi se triplicó entre los estibadores que trabajaban al aire libre, mientras que no aumentaba entre los que trabajaban en interiores.
Como puede observarse en la tabla, los valores de SIR más altos obtenidos fueron para el mesotelioma cuyo riesgo fue más de 13 veces superior entre los trabajadores de interiores y 7,51 veces entre los estibadores que trabajaban al aire libre, lo cual evidencia el efecto dosis respuesta que representa la exposición al amianto en el desarrollo del mesotelioma ya que los niveles de exposición en el interior de instalaciones portuarias son presumiblemente más altos que en trabajos de carga y descarga al aire libre. La incidencia de cáncer de laringe también fue más alta en interiores que al aire libre: el doble de la esperada en interiores, frente a una elevación del 65% en exteriores. Probablemente sea el amianto el agente más letal de a cuantos se exponen los estibadores y es que solamente al puerto italiano de Livorno, llegaron entre 1957 y 1995 más de 200.000 toneladas de amianto.
Adicionalmente, los estibadores portuarios han sufrido históricamente otros daños colaterales para la salud derivados del empleo precario. Un reciente estudio (5), ha evidenciado como la temporalidad en el empleo y las malas condiciones de trabajo minaron la salud y seguridad de los estibadores portuarios ingleses durante la primera mitad del siglo XX. En opinión de Michael Quinlan, autor de la aludida publicación científica (5), y profesor en la Australian School of Business, de la Universidad de New South Wales en Sidney, este hecho debería servir de lección para que las políticas socieconómicas minimizaran la precariedad en el empleo y no volviera a repetirse la misma historia. Algo que parece cada vez más dificil en el contexto de políticas neoliberales y crisis financieras que actualmente están azotando Europa.
Los estibadores portuarios en España gozaban de un monopolio proteccionista que tocó a su fin el mes pasado por imperativo legal de la Unión Europea y pronto las empresas estibadoras extranjeras podrán establecerse en los puertos españoles para desarrollar actividades de manipulación de mercancías, permitiendo a los puertos la libre contratación. España se oponía a la libre contratación de estibadores portuarios porque la manipulación de mercancías en los puertos supone un servicio de interés general y porque dicha restricción es necesaria para garantizar la protección de los trabajadores, pero el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha obligado a España a modificar su Ley de Puertos aboliendo el proteccionismo existente. En poco tiempo los estibadores españoles pueden ver reducido su salario a la mitad e incrementada su jornada laboral, igualando sus condiciones a las de otros países de la Unión Europea.
Más de 800 toneladas de amianto permanecieron al aire libre durante 8 meses en la central de abastos del puerto de Veracruz en 2012
Los estibadores portuarios a la vez que son víctimas del amianto, también son agentes imprescindibles en el tráfico comercial del mismo, en la gran cantidad de países en los que todavía no está prohibido. Ha de tenerse en cuenta que el grueso del tráfico comercial a nivel mundial va por ruta marítima y según denuncia la IBAS (International Ban Asbestos Secretariat), todavía a nivel global la producción de amianto ha aumentado un 2% y su consumo un 7%, siendo la magnitud de ambas cifras del orden de más de 2 millones de toneladas a nivel mundial. Rusia, China, India y Brasil son los países que actualmente lideran los mayores niveles de producción y consumo. El objetivo de la IBAS es lograr la prohibición del uso del amianto a nivel mundial y en este sentido la colaboración de los estibadores sería crucial.
Esta es la propuesta final que Francisco Báez Baquet hizo con motivo de las actividades relacionadas con la culminación del proceso judicial demandado por las víctimas del amianto de Casale Monferrato (Italia) durante el pasado mes de noviembre. Francisco Báez presento su Manifiesto de Roma, sobre el comercio del amianto, en el que básicamente los estibadores podrían emerger como salvadores en la consecución de la meta de un mundo libre de todas las variedades de amianto, solamente exigiendo sus derechos en materia de prevención de riesgos laborales. En este Manifiesto de Roma, se pide a todos los SINDICATOS DE ESTIBADORES del mundo, y en primer lugar a su International Dockworkers Council (IDC), y también a la Confederación Sindical Internacional (CSI), que promuevan entre sus afiliados la consigna de no seguir siendo colaboradores necesarios en el criminal comercio del amianto. De igual modo que la sociedad deposita en los jueces la esperanza de la justicia, los agentes implicados en la lucha contra el amianto depositarían en los estibadores el ruego y la responsabilidad de actuar, siendo su papel clave ya que actuando en beneficio propio, se beneficiaría toda la sociedad.
Fuente: www.medicablogs.diariomedico.com
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