El cáncer de esófago es el quinto tumor más frecuente del aparato digestivo en España (por detrás del cáncer colorrectal, gástrico, hepático y pancreático). Se sitúa entre los diez cánceres más frecuentes en el mundo. En España la mortalidad por cáncer en general ha disminuido en los últimos 20 años tanto en hombres como en mujeres, pero la mortalidad por cáncer de esófago se mantiene estable en mujeres y ha disminuido poco en hombres. Hay 3 razones por las que el cáncer de esófago es más agresivo que otros tipos de cáncer. En primer lugar el esófago carece de una capa serosa que envuelve al resto del tubo digestivo, por lo que el tumor una vez infiltra la pared no es detenido por ninguna otra capa. El esófago tiene una rica red vascular linfática, que cuando es alcanzada por las células tumorales permite se diseminen facilmente a distancia. Finalmente el esófago está situado en el mediastino junto a organos vitales como el corazón y los pulmones, que pueden ser invadidos por la progresión del tumor. La medida más eficaz para combatir el cáncer de esófago es su prevención mediante el control de los factores de riesgo.
Recientemente se ha publicado un artículo científico más que apoya la relación de causalidad del amianto con el cáncer de esófago (1). El trabajo, basado en el seguimiento de la cohorte francesa ARDCo de trabajadores con historia de exposición ocupacional al amianto, encuentra tras 10 años de seguimiento, un aumento significativo del 26% en la incidencia del cáncer de esófago y del 40% en la mortalidad. Entre octubre de 2003 y diciembre de 2005 se reclutaron 14.515 trabajadores del programa ARDCo, todos ellos hombres. Se detectaron 31 trabajadores diagnosticados de cáncer de esófago (incidencia), que representa un 26% más de lo esperado (1). Este es uno de los estudios de seguimiento de mayor tamaño, que ha de influir necesariamente en la incorporación del cáncer esófago en la lista de tumores malignos provocados por el amianto. El año pasado un juez reconoció por primera vez el cáncer de esófago como una enfermedad laboral por exposición al amianto en España. La sentencia no es firme porque la empresa de fibrocemento para la que trabajó la víctima durante 24 años, la ha recurrido y todavía no se ha pronunciado el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.
Ya en 2013 aludí a la relación de 2 tipos histológicos de cáncer de esófago con la exposición al amianto, el carcinoma basaloide y el adenocarcinoma de esófago sobre anomalía de Barrett. Lamentablemente en la serie de 31 casos incidentes recientemente publicada (1), no se alude al tipo histológico. Tampoco se hace referencia al tipo histológico en un metanálisis publicado el año pasado, que agrupó 20 estudios de seguimiento o cohorte de trabajadores de Asia, Europa y América, expuestos al amianto (2). Pero es normal que no recojan el tipo histológico por tratarse de estudios de mortalidad. La magnitud del riesgo de mortalidad por cáncer de esófago en este grupo de cohortes fue algo más baja (SMR = 1.24, 95% CI: 1.13-1.38, P < 0.001), que en el reciente estudio fránces (HR 1.40, [95%CI 1.12-1.75]), pero se mantuvo con pocas diferencias entre las 20 cohortes (2). En otro estudio de mortalidad publicado hace 2 años la magnitud del riesgo para cáncer de esófago fue mucho más elevada (aHR= 2.31; 95% CI: 1.00-5.41). En dicho estudio de seguimiento de 4.427 trabajadores taiwaneses del sector de desmantelamiento de barcos entre 1.995 y 2.008, se detectaron 940 fallecimientos, 436 de ellos por distintos tipos de cáncer. La mortalidad global por cáncer, la mortalidad por cáncer de esófago y la mortalidad por cáncer de tráquea y pulmón, fue significativamente más elevada y con efecto dósis respuesta (3).
El esófago es un tubo hueco revestido por un epitelio escamoso o de tipo epidérmico, semejante a la epidermis cutánea pero sin formar queratina. La queratina es una proteina compactada que cubre toda la superficie de nuestra piel. El resto del tubo digestivo (estómago e intestinos), está revestido por una mucosa de tipo glandular, salvo la mucosa anal que también es de tipo epidérmico como la del esófago y la boca. Los 2 grandes tipos de cárcinomas son carcinomas epidermoides o de células escamosas (originados sobre mucosas de tipo epidérmico o escamosas), y los adenocarcinomas (originados sobre mucosas de tipo glandular y sobre glándulas sólidas (hígado, páncreas, etc..)). En el esófago asientan ambos tipos de carcinomas y es importante diferenciarlos porque hay factores de riesgo conocidos (tabaco, alcohol, bebidas calientes, reflujo gastroesofágico), que difieren en su magnitud de riesgo para cada uno de los 2 grandes grupos de carcinomas de esófago. Lamentablemente el tipo histológico no suele recogerse en los estudios epidemiológicos de cáncer esófago relacionado con la exposición al amianto.
Fuente: www.medicablogs.diariomedico.com
http://medicablogs.diariomedico.com/jmsanz/2017/10/08/amianto-y-cancer-de-esofago/