Aun no habiendo estudiado medicina, algo aprendí con relación a quien enfermó o sufrió la muerte prematura por haber trabajado expuesto a sustancias cancerígenas. Revisando dichos informes, muchas veces termino cabreado con los responsables políticos de Osakidetza y con los médicos. Este escrito es una expresión del enfado.
Somos muchos los que hemos trabajado en ambientes insalubres, décadas atrás, sin conocimiento del riesgo que suponen las sustancias inhaladas (amianto, sílice, humos de cromo, cadmio, níquel, taladrinas, hidrocarburos, etc.), mientras las empresas incumplían incluso la más elemental medida preventiva, como la de lavarnos la ropa de trabajo, que hubiera evitado trasladar el veneno a nuestros domicilios. Me refiero especialmente, al personal de mantenimiento (mecánicos, soldadores, caldereros, electricistas), afectados de enfermedades pulmonares, cuya exposición tratan de ignorar los sanitarios, culpando a los cigarros que fumaron 30 años atrás o culpar a la presencia de animales en el domicilio, incluso, escuchar que el tumor pulmonar no es un mesotelioma y por tanto, que él adenocarcinoma pulmonar, no es una enfermedad que deriva del amianto. Parece que todo vale, para negar y ocultar el origen laboral de muchas enfermedades. Afortunadamente, no es una actitud generalizada, aunque sí mayoritaria y que persiste con el beneplácito de la dirección de Osakidetza.
Tampoco es casualidad, qué en el incumpliento del RD 1299/2006, destaque la Clínica de la Asunción de Tolosa, un centro privado y concertado con Osakidetza, en su actividad ocultadora. Por ejemplo, tras observar un fuerte engrosamiento pleural a un enfermo, con historial de trabajo en fundición, no informa a los pacientes del origen de la patología, ni cumple con la obligación de “Comunicar Sospecha” a Osalan, tampoco después de diagnosticarse un mesotelioma pleural.
El artículo 5 del RD 1299/2006, dice: Cuando los facultativos del Sistema Nacional de Salud, con ocasión de sus actuaciones profesionales, tuvieran conocimiento de la existencia de una enfermedad de las incluidas en el Anexo 1, que podría ser calificada como profesional, o bien las recogidas en el anexo 2, y cuyo origen profesional se sospecha, lo comunicarán a los oportunos efectos, a través del organismo competente de cada comunidad (Osalan en nuestro caso) …
Que diagnostiquen una fibrosis pulmonar, como de origen desconocido, a quien ha trabajado durante décadas como soldador en fundiciones, cementeras o trabajar expuesto a taladrinas deterioradas, sin siquiera “comunicar sospecha”, expresa falta de seriedad y ética profesional. ¿Cuál es la razón, por la que muchos profesionales sanitarios incumplís la obligación legal? ¿Saturación de tareas? ¿Falta de formación? En todo caso, agradecemos, que al enfermo o familia, se la oriente a ponerse en contacto con ASVIAMIE. Es evidente, que el incumplimiento del R.D. 1299/2006, es denunciable, dado el perjuicio que ocasionan a las personas enfermas y familias, a la prevención de los riesgos laborales, incluida la Sanidad Pública, que asume costes sanitarios que corresponden a las Mutuas.
Cuando observamos el incumplimiento de vuestra obligación y el perjuicio causado, la rabia e indignación generada, es enorme, por tanto, es muy probable, que optemos por presentar demandas judiciales por el daño causado, contra Osakidetza o de forma específica, contra los profesionales que han colaborado en la ocultación del origen profesional de la enfermedad, con el incumplimiento de la obligación de “Comunicar sospecha” como les exige el R.D. 1299/2006.
Fuente: www.noticiasdegipuzkoa.eus