Sentencia histórica contra el Ministerio de Defensa italiano

Crisci, originario de Maddaloni (Caserta), prestó servicio en la Marina Militar de 1966 a 1971 y estuvo embarcado en varias unidades navales de la Marina Militar de vieja generación, permaneciendo expuesto a elevadas, y no protegidas, concentraciones de amianto, lo que le causó el mesotelioma pleural, diagnosticado en 2014 y la muerte al año siguiente. El suboficial, durante 5 años de servicio respiró fibras y polvo de amianto 24 horas al día presentes en los locales de motores, en los pasillos, en los revestimientos de las conducciones de escape y en los locales de vida, creando un ambiente extremadamente peligroso para la salud.

A pesar de que era bien conocida desde hace tiempo la peligrosidad de la fibra asesina, el militar no estaba dotado de herramientas de protección individual. El hombre, tras recibir el diagnóstico de mesotelioma, solicitó el reconocimiento de la causa de servicio, el estatus de «equiparado a enfermedad laboral» y los beneficios legales correspondientes. Pero solo después de su muerte en 2018 la CMO de Roma (Comisión médica hospitalaria del Ministerio), y en 2019 el comité de verificación, dieron la confirmación y el reconocimiento de la causa de servicio y del estatus de enfermedad laboral. «Recuerdo a Clemente Crisci gravemente enfermo – escribe en un comunicado Ezio Bonanni, Presidente del Observatorio Nacional del Amianto y abogado de la familia- era muy escéptico en la posibilidad de obtener el reconocimiento contra el Ministerio de Defensa. Se sentía traicionado como hombre, ciudadano y militar y sabía que iba a morir. Recuerdo una última llamada telefónica antes de su muerte. La voz dejaba traslucir la falta de aire y de oxígeno. Después de su muerte, en una asamblea de víctimas del amianto que se celebró en Nápoles, intervinieron la viuda y una de las huérfanas. Recuerdo su desconsuelo, su tristeza y también su desesperación. Éramos impotentes ante esta muerte y también ante el coloso del Estado y de la Marina Militar, que en aquel momento no habían reconocido aún el derecho.

Ahora hemos obtenido una sentencia firme. Esto no devolverá la vida a Clemente ni lo devolverá a sus familiares, sin embargo es un punto importante de inflexión porque impondrá la definitiva descontaminación de los barcos de la marina del amianto y por lo tanto salvará vidas humanas», concluye Bonanni.

Fuente: www.rebelion.org

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