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Historia del amianto: desde su origen hasta su prohibición, pasando por la Edad Media y el siglo XX

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El amianto es un conjunto de silicatos fibrosos de composición química variable que, por rotura o manipulación, puede expulsar las fibras que contienen. Existen diferentes variedades de amianto, en función de su uso. Por ejemplo, encontramos las serpentinas, los anfíboles, el crisotilo o la crocidolita, entre muchos otros. 

Pero, ¿cuál es la historia del amianto? ¿A qué año se remonta su origen? ¿Cuándo se prohíbe? Si quieres descubrirlo, ¡sigue leyendo para no perdértelo! A continuación, te lo contamos. 

El origen del amianto

Aunque no se sabe a ciencia cierta, se cree que el amianto aparece por primera vez en torno al año 4000 a.C., en la Edad de Piedra. Los arqueólogos encontraron fibras de amianto en posibles mechas de lámparas y velas. 

Ya más adelante, entre 2000 y 3000 a.C., los cuerpos embalsamados de los faraones egipcios se envolvían en tela de amianto, ya que estaba la creencia de que volvía los cuerpos resistentes al fuego. 

En el año 456 a.C., Heródoto, un historiador y geógrafo griego, el primero en explicar el relato razonado y estructurado de las acciones humanas, utilizaba sábanas de amianto que envolvían a los cadáveres. Esto lo hacía antes de echar los cuerpos a la pira funeraria, evitando así que las cenizas del fallecido se mezclaran con las del fuego. 

El amianto entre la Edad Media y el siglo XX

Años después, en el 755, el rey Carlomagno de Francia, tenía manteles compuestos de amianto. Pero, ¿por qué? El objetivo era que no se quemaran durante los incendios, algo muy recurrente en las celebraciones. 

Posteriormente, en 1095, en la Primera Cruzada, los franceses, alemanes e italianos utilizaban una catapulta, denominada Trebuchet, con la que echaban bolsas de amianto y alquitrán en llamas sobre las paredes de las ciudades. 

Marco Polo, en 1280, habló de una ropa hecha años atrás con una tela que no se quemaba. Esto es gracias al amianto que utilizaban en su elaboración. 

Entre 1682 y 1725, en Rusia, se comenzó a extraer el crisolito, un tipo de amianto. Y en 1700, en Italia se descubrió el papel hecho de amianto, así que en el siglo XIX, el gobierno italiano comenzó a utilizar fibras de amianto en sus billetes. 

Ya por 1850, los bomberos de París llevaban un uniforme hecho de amianto. Es decir, la Brigada de Bomberos de París utilizaba cascos y chaquetas hechos de amianto, porque resiste al fuego, como hemos ido comentando a lo largo del artículo. 

Todo lo mencionado son casos puntuales a lo largo del mundo, porque no fue hasta finales del siglo XIX cuando se comenzó a utilizar el amianto de forma masiva. Esto se debe a la Primera Revolución Industrial y sus efectos. A partir de este momento, se empezó a utilizar el amianto como aislante en hornos, calderas, generadores eléctricos y turbinas. 

¿En qué momento se prohíbe y por qué?

Fue en 1984 cuando los médicos pidieron prohibir la utilización del amianto, ya que hizo estragos en la salud de las personas. Estas son algunas de las enfermedades que se relacionan con inhalar las fibras del amianto:

  • Fibrosis pulmonar
  • Fibrosis y placas pleurales
  • Cáncer de pulmón
  • Mesotelioma maligno pleural e intestinal

Pero, por razones económicas, el amianto no se prohibió hasta 2002. A nivel formal, se recoge en la Orden ministerial del 7 de diciembre de 2001, por la que se modificaba el anexo I del Real Decreto 1406/1989 de 10 de noviembre sobre limitaciones a la comercialización y al uso de sustancias y de preparadsos peligrosos. 

El 15 de junio de 2002 fue cuando entró en vigor la prohibición de fabricar productos con amianto blanco. El 15 de diciembre de 2002, seis meses después, entró en vigor la prohibición de producir, comercializar e instalar amianto y productos que contengan esta sustancia. 

Esta legislación del amianto en España, donde se prohíbe su utilización, sigue vigente. De todas maneras, no se puede hacer desaparecer el amianto ya instalado. Es por eso que hay inmuebles españoles donde lo encontramos. Lo ideal es llevar a cabo la retirada de amianto de la mano de profesionales, evitando así posibles consecuencias en nuestra salud.  

Fuente: www.clicandpost.com

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