El grupo Eternit, uno de los líderes en la fabricación de material de construcción en Brasil, anunció hoy que decidió acogerse a la ley de quiebras para intentar recuperarse tras la decisión de la justicia de prohibir la producción y venta de amianto en el país.
Eternit informó en un comunicado enviado hoy a la bolsa de Sao Paulo que el lunes, en conjunto con todas las empresas que controla en Brasil, presento una petición de "recuperación judicial" (como se conoce la ley de quiebras en Brasil) ante un juez del estado de Sao Paulo.
La medida le permite suspender provisionalmente los pagos y solicitar la mediación de la justicia para renegociar sus deudas con abastecedores, clientes y trabajadores en un intento de mantenerse a flote en medio de una grave crisis financiera.
Eternit, con ocho fábricas y una mina en Brasil, es uno de los mayores productores de amianto del mundo y líder en el país del segmento de coberturas, aunque también actúa en lozas sanitarias, metales sanitarios y otros artículos de construcción.
El grupo, presente en Brasil desde 1940 y que cuanta con unos 1.700 empleados y 15.000 revendedores del país, es controlador de empresas como SAMA, Mineraçoes Associadas, Tégula Soluciones para Tejados, Compañía Sudamericana de Cerámica e Industria de Fribrocimento.
Eternit dijo en su comunicado que la decisión de acogerse a la ley de quiebras, "que se suma a una serie de medidas administrativas y operacionales que venían siendo adoptadas por la compañía", fue aprobada por el consejo de administración de la empresa en una reunión realizada el lunes.
Agregó que su principal objetivo es "preservar la continuidad de las actividades del Grupo Eternit con el cumplimiento de los compromisos asumidos con los clientes", así como "preservar, de forma organizada y responsable, los intereses y derechos de los abastecedores, acreedores y accionistas". Igualmente se propone sanear las finanzas de la compañía y reducir los riesgos operacionales.
Problemas provocados por la recesión
La empresa explicó que sus problemas fueron provocados por la crisis de Brasil, cuya economía sufrió en 2015 y 2016 la más profunda recesión en varias décadas, y especialmente por "las discusiones legales sobre la extracción, industrialización, uso, comercialización y transporte de amianto".
Las restricciones al amianto, agregó, impactaron "las operaciones del grupo, limitaron su acceso a créditos y provocaron la caída de la demanda por el material en los mercados nacional e internacional".
En noviembre pasado la Corte Suprema de Brasil prohibió la producción, la comercialización o el uso de cualquier tipo de amianto en Brasil, incluyendo el llamado crisotila, por considerar el material como cancerígeno.
El amianto de tipo crisotila era el producido hasta entonces por Eternit en el país gracias a una ley federal de 1995 que lo consideraba como seguro para la salud y que finalmente fue revocada por el Supremo Tribunal Federal.
La empresa dijo en la época que ya había iniciado un proyecto para sustituir el amianto crisolita que utiliza en la fabricación de tejas en el país por fibras sintéticas, pero aclaró que dicho proceso será gradual y sólo podría concluirlo a finales de 2018.
El amianto, un mineral con múltiples usos industriales, ha sido prohibido en al menos 75 países, incluyendo la gran mayoría de Europa y algunos de Latinoamérica como Argentina, Brasil y Chile, tras haber sido declarado como cancerígeno por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Eternit es una empresa de capital abierto con sus acciones negociadas en la bolsa de Sao Paulo y su capital está bastante pulverizado ya que el mayor accionista, identificado como Luis Barsi Filho, sólo posee el 14,58 % de las acciones.
Las negociaciones con acciones de Eternit estuvieron provisionalmente suspendidas hoy por la mañana mientras la empresa anunció su decisión y presentó toda la documentación pertinente sobre su situación.
Fuente: www.expansion.com
http://www.expansion.com/latinoamerica/2018/03/20/5ab1512e22601d9d2d8b464b.html