La mayoría de los enfermos son conscientes de la gravedad de la enfermedad, les angustia dejar atados los recursos de sus seres queridos y, por ello, esperan con ansiedad la resolución de la Seguridad Social. La tardanza en emitir la resolución es inhumana, razón por la que llegan a pensar que “están esperando a que muera”, sensación que también comparto.
Un ejemplo. C.B.J., de 75 años, de Arrasate, enfermo con un adenocarcinoma pulmonar tras trabajar durante décadas en la fundición de ELMA y GELMA, expuesto a inhalar fibras de amianto y otras sustancias cancerígenas. Trabajó con total desconocimiento del riesgo, sin medidas preventivas frente al cáncer. El 20 de febrero registró su solicitud de incapacidad permanente, y dos meses más tarde Osalan emitió un informe señalando como probable la exposición durante los años 1975 a 2006. Me consta que el EVI o Equipo de Valoración del INSS emitió hace meses un informe favorable a incapacidad absoluta. ¿Por qué tanta complacencia con la empresa infractora y responsable del daño a la salud? Con un mínimo de humanidad, la resolución de los expedientes por enfermedad grave debería ser prioritario.
Fuente: www.noticiasdegipuzkoa.eus