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El Ejército del Aire encarga un análisis de la presencia de amianto en suspensión en la base de Torrejón de Ardoz

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El Ejército del Aire contrató a una empresa especializada para realizar un análisis de la presencia de amianto en la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid), donde se encuentran los F-18 del Ala 12 y otras unidades.

Lo hizo a través de la “Jefatura de la Sección Económico Administrativa 22 - Base Aérea de Torrejón (Agrupación de Base)”, que adjudicó un contrato menor cuyo objeto era el “Análisis de muestras de fibras de amianto en aire”.

Se presentaron tres empresas, y el elegido fue el Laboratorio Echavarne.

Esta empresa se dedica sobre todo a realizar análisis clínicos: test prenatales, análisis de colesterol, detección de intolerancia a la lactosa, ahora también test de coronavirus. Además, realiza pruebas veterinarias, y también análisis industriales, dirigidos a empresas farmacéuticas, cosméticas, químicas, sanitarias, agroalimentarias, hospitales...

El importe de adjudicación fue de 8.373,08 euros.

Amianto en las tuberías de la calefacción

El diario El Mundo desveló en agosto que las tuberías que conducen el agua caliente de la calefacción en la base aérea de Torrejón de Ardoz estaban recubiertas de amianto friable, “la versión más peligrosa del aislante cancerígeno”.

Poco después, ECD contó que esa misma Jefatura de la Sección Económico Administrativa 22 - Base Aérea de Torrejón (Agrupación de Base) había abierto una licitación para encargar a una empresa el “servicio de retirada de calorifugado de tuberías de agua sobrecalentada en la BA. de Torrejón”.

El presupuesto reservado para estas tareas era de 1.045.407,01 euros.

En los documentos de la licitación se explicaba que “la Base Aérea de Torrejón dispone de más de 46 km de tubería de agua sobrecalentada, necesaria para el abastecimiento de agua caliente sanitaria y calefacción a los edificios e instalaciones existentes en la misma”.

El origen del problema es que esas tuberías están protegidas de la intemperie y aisladas térmicamente con un calorifugado, es decir, un material que las envuelve, que “se encuentra en mal estado, obsoleto y con múltiples zonas desprendidas, lo que conlleva una reducción en el rendimiento de la instalación”.

Admitía que se tendrían que retirar “residuos peligrosos, como es el caso de los aislamientos térmicos existentes, con amianto y posibilidad de presencia de amianto en estado friable”, el que citaba El Mundo con el amianto más dañino y peligroso.

Los trabajos encargados consistirían en retirar “el mencionado calorifugado, consistente en un aislamiento térmico y una cubierta de protección metálica, en aluminio o tipo fieltro mixto de aluminio y polietileno, a fin de llevar a cabo su restitución a futuros y conseguir así una instalación óptima”.

El peligro: inhalar las fibras en suspensión

Al responder a preguntas y peticiones de información, el Ministerio de Defensa ha asegurado que la mera presencia de amianto no indica necesariamente una situación de riesgo, siempre que el material esté en buen estado y no presente riesgo de liberación de fibras, basándose en la “Guía Técnica para la evaluación y prevención de los riesgos relacionados con la exposición al amianto”, del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST).

El problema es la degradación del material por el paso de los años, y la posibilidad de que al manipularlo pudiera verse fragmentado, por ejemplo durante su retirada en una obra.

El mayor peligro es que las placas de fibrocemento se fracturen y entonces se liberen al aire las fibras de amianto que el fibrocemento contiene. La inhalación de fibras de amianto, y por tanto su entrada en las vías respiratorias y en los pulmones, puede provocar cáncer de pulmón, fibrosis pulmonar y otras enfermedades graves.

Todo ello puede explicar que el Ejército del Aire haya contratado a un laboratorio especializado, para que analice la presencia de fibras de amianto en el aire de la base de Torrejón.

ECD se puso en contacto el 8 de febrero con el Cuartel General del Aire, para ampliar la información sobre este contrato para realizar un análisis de muestras de fibras de amianto en el aire de la base aérea de Torrejón.

Al cierre de esta edición, 25 días después, no se había recibido respuesta.

También contactó con el Laboratorio Echavarne, que se limitó a indicar que “toda la información que pueda afectar a relaciones con clientes está sujeta a confidencialidad”.

Tuberías y aislamiento deteriorados

El Ejército del Aire, a través de ese organismo de contratación ya citado de la Base Aérea de Torrejón de Ardoz, adjudicó a la empresa Demolición y Descontaminación SL el contrato al que ya se ha hecho referencia, de “Servicio de retirada de calorifugado de tuberías de agua sobrecalentada en la BA. de Torrejón (APO 125 2022)”.

Lo adjudicó por un importe de 1.045.407,01 euros.

Meses después sacó a licitación otro contrato de servicios similar. Esta segunda licitación tenía por objeto “APO 188 2022 - Reparación de aislamiento de las tuberías por agua sobrecalentada en la Base Aérea de Torrejón”.

ECD consultó entonces con el Cuartel General del Aire cuál era la diferencia de esta segunda licitación, y su diferencia con la primera. El Cuartel General del Aire prefirió no decir nada más sobre estos contratos.

En la documentación de la licitación de “Reparación de aislamiento de las tuberías por agua sobrecalentada en la Base Aérea de Torrejón” se indica que “la Base Aérea de Torrejón dispone de una planta generadora que fue totalmente reformada mediante la construcción de una central térmica de gas natural en el año 2003”.

“Esta planta produce agua sobrecalentada que se distribuye a gran parte de las edificaciones de la Base mediante conducciones instaladas en superficie y aisladas, y que se bombea desde la planta, empleándose como fuente térmica primaria para la calefacción y servicios de agua caliente, en general de las diversas dependencias”, explica el Ejército del Aire.

La cuestión es que “esta red se encuentra deteriorada debido, fundamentalmente, a su edad (aproximadamente 30 años), por lo que se considera la posibilidad de su reposición”.

Por ello, “el proyecto contempla la adecuación de la red de agua sobrecalentada de la base aérea a sus condiciones óptimas de funcionamiento, mediante la sustitución de los tramos de conducciones (en mal estado), su aislamiento principalmente y elementos varios de control y maniobra (válvulas, purgadores, etc.), dado que la edad de la instalación provoca daños extensivos y su aislamiento, dando como resultado la existencia de fugas y pérdidas de calor que redundan en la disminución del rendimiento global de la instalación y, por lo tanto, en un consumo excesivo tanto de combustible, como de energía eléctrica”.

Los trabajos consistirán en “la sustitución de las tuberías (trazados de impulsión y retorno), válvulas y encuentros con los ramales de acometida a distintos edificios que se encuentren en mal estado y, principalmente, el correspondiente aislamiento”.

Para ello se van a levantar los cruces bajo pavimento, “reponiéndose las tuberías en mal estado y cambiando el aislamiento en toda su extensión”. Se tendrán que poner tuberías con materiales “como mínimo, equivalentes en calidad y prestaciones a los originales de la red, para circulación de agua sobrecalentada a T = 180 ºC y 25 atm de presión (presión y temperatura de trabajo de 20 kg / mm2 y 200 ºC respectivamente)”.

Fibrocemento

En los documentos se advierte sobre los peligros de esta obra. Se contempla que se tengan que realizar “trabajos en los que la exposición a agentes químicos o biológicos suponga un riesgo de especial gravedad, o para los que la vigilancia especifica de la salud de los trabajadores sea legalmente exigible”.

Y en ese contexto se considera que deban realizarse “trabajos en torno a zonas donde existen conducciones de gas y oleoductos subterráneos y donde existe fibrocemento, es decir, entorno en las tuberías enterradas de riego existentes que se afectan en el proyecto”.

Por eso entre la normativa que se debe observar se cita el Real Decreto 396/2006, de 31 de marzo, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud aplicables a los trabajos con riesgo de exposición al amianto.

Bases y cuarteles de Tierra, Armada y Aire

Además de en Torrejón de Ardoz, también se van a retirar materiales como el fibrocemento, por contener amianto peligroso para la salud, en otras instalaciones militares ubicadas en toda España.

El Ejército del Aire ha iniciado el proceso para retirar este tipo de materiales en la base aérea de Gando (en la isla de Gran Canaria), donde se encuentra el Ala 46; en el Aeródromo Militar de León (en el municipio de La Virgen del Camino), que acoge la Academia Básica del Aire; y en la base aérea de Villanubla (Valladolid), del Ala 37.

Varios acuartelamientos del Ejército de Tierra también sufren este mismo problema, y se va a retirar fibrocemento con amianto en diversos edificios del Centro de Formación de Tropa nº 1 (CEFOT 1) de Cáceres; en la Base de El Copero, en Dos Hermanas, muy cerca de Sevilla; en el Acuartelamiento Tentegorra, en Cartagena; y en el Acuartelamiento Aizoáin, en Berrioplano (Navarra).

En cuanto a la Armada, contrató una empresa para que retirara y sustituyera una tubería que discurre por un puente en la base naval de La Carraca (Cádiz) y que abastece de agua.

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Fuente: www.elconfidencialdigital.com

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