El cáncer laboral en España está sepultado bajo la niebla de la falta de datos. Los sindicatos y médicos calculan que en nuestro país enferman de cáncer entre 10.000 y 20.000 de trabajadores al año, una cifra muy superior a los 52 oficialmente reconocidos en 2017. Las Mutuas son parte del sistema que oculta el problema para evitar el pago de los tratamientos, de las bajas e indemnizaciones en caso de muerte. Los gobiernos, mientras tanto miran hacia otro lado.
Los cánceres de origen laboral, provocan 2,3 millones de muertes anuales en el mundo. Es ya la principal causa de muerte vinculada a las condiciones de trabajo" en Europa, según datos de la Organización Internacional del Trabajo, que revelan que los casos de cáncer laboral superan los fallecimientos por accidentes en el tajo.
En España, sin embargo, el cáncer laboral apenas existe en las estadísticas, camuflado bajo la etiqueta de enfermedad común, un mecanismo que controlan las Mutuas y con el que se ahorran mucho dinero como critican los sindicatos e investigadores desde hace años.
El médico e investigador Manolis Kogevinas, del Instituto de Salud Global de Barcelona, califica la situación de infradeclaración del cáncer laboral en España como "un escándalo". Este especialista no duda en señalar que en España solo se identifica oficialmente como cáncer vinculado al trabajo menos del 0,1% de los 200.000 casos de cáncer que se diagnostican cada año, cuando "en Alemania, Francia y otros reconocen entre un 5% y un 10%". "Si hay 50 casos no es una prioridad, no es un problema, pero sí lo es, porque hay muchos más, pero no se hace nada", subraya Kogevinas.
Peluqueros, pintores, carpinteros, trabajadores de la construcción y de gasolineras, obreros de las fábricas de acero y aluminio son algunas de las ocupaciones más propensa a sufrir cáncer por una exposición a sustancias o productos cancerígenos, pero "falta un sistema de reconocimiento efectivo y el que existe porque el de las Mutuas no funciona", explica este investigador, que revela que se "conoce mucho de cáncer laboral y del origen de estos por exposición al amianto, por los hidrocarburos aromáticos, las máquinas diésel, por varios disolventes, por sílice" que se podrían prevenir.
El sistema de las Mutuas, en el centro del problema
Fernando Rodrigo Cencillo, sociólogo que durante años fue Director del Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud (ISTAS) habla de este sistema, que aunque se rige por la legislación europea, está en manos de las Mutuas y ellas "son parte y parte", por lo que este especialista pone en duda su efectividad.
"El sistema Nacional de Salud el campo laboral lo ha depositado en manos de las Mutuas de accidentes y enfermedades profesionales y estas no tienen interés en detectar cánceres de origen laboral, porque eso significa que tienen que asumir los costes, que en este tipo de enfermedades tienen tratamientos caros y duraciones muy largas, cuando no acaban con resultado de muerte y por tanto tienen que indemnizar." Además de que al reconocerlo "significa que las empresas no han cumplido con la legislación de protección de la salud y han generado exposiciones a sustancias cancerígenas que han provocado la enfermedad."
Kogevinas, coincide, con Rodrigo Cencillo y cree que la solución está en "modificar el sistema de salud y de seguridad laboral y el de identificación de cáncer y prevención, a través de las mutuas, que evidentemente no funciona, porque si tenemos 50 cánceres laborales al año significa que no funciona".
En España los cánceres laborales que más afectan a trabajadores son de pulmón, vejiga, piel, hígado, mesotelianos y nasales, pero los datos de los que disponemos para establecer una correspondencia entre estos y los puestos no existen.
Los médicos llevan desde 2015 pidiendo un mapa de incapacidad que especifique datos sobre la causalidad, correspondencia entre cáncer y puestos de trabajo, entre otros. Esto permitiría llevar a cabo una efectiva política de prevención de riesgos laborales y evitar miles de enfermos de cáncer laboral, así como la exposición a sustancias cancerígenas. Sin embargo, tampoco se ha hecho, porque no interesa.
Dificultad para diagnosticar el cáncer laboral
A eso se le suma, según Kogevinas, la dificultad de determinar "cuando un cáncer está vinculado al trabajo. No todos son tan claros como los mesotelianos, que solo surgen cuando una persona está expuesta al amianto. En la mayoría de los casos solo se puede determinar esta relación en base a la historia laboral de un trabajo y eso no se hace.
"El problema del cáncer laboral es que no es fácil decir cuándo son debidos al trabajo, porque son prácticamente muy parecidos. Un cáncer de pulmón provocado por el tabaco es igual a un cáncer provocado por la exposición a un metal. Se puede determinar si es uno u otro en base a la historia laboral de un enfermo. Si un trabajador tiene un mesotelioma y ha trabajado muchos años con amianto, podemos determinar que es laboral", explica el investigador Kogevinas.
Rodrigo Cencillo admite que la "mutlicausalidad" del cáncer en la que influyen elementos genéticos, ambientales, de hábitos de vida son parte de "una disputa histórica en España y otros países" para atribuir un tumor al trabajo. Sin embargo también en hay casos muy evidente que no admiten dudas, como el de los trabajadores de Metro de Madrid, afectados por la exposición al amianto y tienen que batallar en los tribunales para ser indemnizados y reconocidos como tal.
En su opinión del sociólogo, experto en prevención de Riesgos Laborales, "hay una resistencia total del sistema, de las mutuas y de la propia seguridad social a reconocerlo, porque se trata de responsabilidades económicas y legales. Para no tener que indemnizar, para no tener que acometer cambios tecnológicos, o eliminar determinados procesos de trabajo o determinadas sustancias que se utilizan, productos químicos se niega la evidencia y el problema de salud."
Ante la falta de información sobre el cáncer laboral los trabajadores, mientras tanto, siguen expuestos a los factores cancerígenos, muchas veces sin saberlo sin políticas adecuadas de prevención, como concluye la la Inspectora Médica del INSS, Araceli López-Guillén García, en un artículo titulado 'Cáncer ocupacional y ocupaciones con cáncer'.
"El cáncer en la población trabajadora tiene una presentación causal demostrada por la presencia en el trabajo de numerosos agentes carcinógenos de evidencia científica contrastada; a lo largo de la vida laboral se puede estar expuesto a diversos factores y agentes; la asociación de cada uno de ellos incrementaría el riesgo de cáncer. Hay coexistencia de agentes laborales y agentes ambientales."
La Salud Laboral, ausente de la agenda política
La salud laboral continúa siendo una asignatura pendiente, esperando que los políticos las incluyan en su programas y se tomen en serio los miles de trabajadores que enferman de cáncer en sus puestos de trabajo, a pesar de que muchos de estos diagnósticos se podrían evitar.
"En salud laboral no tiene que ver el problema con el conocimiento científico. Se sabe, pero la correlación de fuerzas, las legislación, el interés de los gobiernos no lo acompaña y por lo tanto es mucho más laxo con los niveles tolerables a sustancias cancerígenas en el trabajo que lo que lo somos en la vida cotidiana de las personas, asegura Rodrigo Cencillo que denuncia que "en el trabajo estos límites de exposición se elevan mucho. Todo esto tiene que ver con la responsabilidad de las empresas, con los gobiernos, dispositivos de salud publica que no se toman el interés por este problema con el resultado final de que no se resuelve."
Fuente: www.telecinco.es
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