Hace muchos años que el amianto o asbesto se utilizaba como material de construcción, hasta que se determinó que era un riesgo para la salud de los seres humanos y se comenzaron campañas alrededor del mundo para la retirada de amianto de todas las edificaciones que tenían cierta antigüedad, ya que se convirtió en un grave riesgo de salud pública.
También se le conoce con los nombres de asbesto, fibrocemento o uralita, esta última fue la marca con la que se comercializó y se trata de un producto mineral que está conformado de silicatos fibrosos con una composición química que es variable. Por causa de su estructura, es un conjunto de grupos de fibras que tienen una unión bastante fuerte entre ellas, pero cuando se manipulan, llegan a dividirse de forma longitudinal.
Cuando ocurre la división, se producen fibras que son hasta 800 veces más finas que las originales, pero eso le da al amianto una especial resistencia al calor, lo hace maleable, le da un efecto aislante y mucha durabilidad, abaratando los costos. Por ello, fue muy usado ente los años 60 y 80 para la construcción.
Son dos y dependen de sus componentes mineralógicos, que son las serpentinas, llamadas así porque tienen fibras curvadas, y las anfíboles, porque tienen fibras rectas. Entre las serpentinas, el más común es el crisolito, mejor conocido como amianto blanco, por causa del color que tiene antes de que sea mezclada con los demás materiales para fabricar diferentes productos y de este tipo es el 95% de los productos de asbesto a nivel mundial.
En el caso de las anfíboles, las variedades que más de emplean son la amosita, llamada amiento marrón, y la crocidolita, también llamado amianto azul. Existen otras variedades de los dos grupos, pero se utilizaron de forma muy reducida, de modo que su uso fue poco extendido.
Que cuando envejece, con independencia de cuál sea su variedad, va perdiendo la capacidad de mantener sus fibras unidas, causando que se separen de manera muy fácil, produciendo las fibrillas de un tamaño microscópico. Cuando se fragmenta, resulta muy difícil reconocer sus fibras y no nos damos cuenta de que nos está haciendo daño a la salud.
Por causa de ello, se prohibió el uso del asbesto de manera definitiva en España el año 2002, por los riesgos que representan para la buena salud de las personas.
En la forma natural, el asbesto se encuentra en casi todas partes del planeta, porque es un material que se adhiere a la roca madre en forma de capas, desde las que se extrae para sufrir un proceso de manipulación y de preparación, pero sus yacimientos más relevantes se encuentran en Canadá, Rusia, China y Sudáfrica.
Si tú casa o tu oficina fue construida entre las décadas de los años 60 al 80, es muy probable que se haya utilizado asbesto en su edificación, a menos que haya sido objeto de una renovación o una reforma, y puede encontrarse en el recubrimiento de los azulejos, las baldosas y los tejados, además se puede encontrar en ciertos productos de cemento.
Otro sector en el que el amianto se utilizó mucho fue como material ferroviario, o para la construcción naval, en la reparación y en el desguace de los barcos, pero también ha sido usado en el sector siderúrgico y en el eléctrico. De hecho, se encuentra en las bases militares poniendo en riesgo la salud de los efectivos.
La causa por las que las personas se enferman por causa del amiento es que inhalan las fibras microscópicas que va soltando cuando pierde su capacidad de adhesión. El efecto que produce el amiento que se disuelve en el ambiente no se produce de inmediato, por el contrario, los daños se van produciendo con el paso del tiempo, y en muchos casos puede ser por el transcurso de 10, 20, 30 e incluso hasta 40 años, en particular en el sistema respiratorio.
En consecuencia, es posible que las personas afectadas se den cuenta de ello cuando ya sea demasiado tarde. Si sospechas que hay asbesto en tu casa u oficina, tienes que hacer todo lo posible por que se determine por profesionales si efectivamente se encuentra presente, y de ser así, hay que contratar a empresas especializadas sanitariamente que utilicen los protocolos de salud necesarios para retirar el amianto.
Otro inconveniente bastante grave es que el amianto es un material carcinógeno, de modo que el mayor riesgo que se corre es el de sufrir de cáncer de pulmón. Hay otra enfermedad igual de riesgosa que se puede contraer, llamada directamente asbestosis, que hace que se formen fibrosis pulmonares, que afectan la capacidad respiratoria y a medida que va pasando el tiempo, puede generar complicaciones graves.
Pero el amianto no ataca únicamente al sistema respiratorio, porque es posible contraer cáncer de páncreas, de recto y de estómago, además puede ser la causa de un mesotelioma maligno, que es una clase de cáncer que se presenta en la pleura o en el peritoneo. Específicamente el de pleura no tiene cura, y cuando se detecta, ya está determinado que las expectativas de vida son menores a un año.
Pero el riesgo que representa el asbesto es que las enfermedades que puede producir no muestran sus síntomas de inmediato, y cuando se diagnostica en la mayoría de los casos no es posible hacer mucho desde el punto de vista médico. Es tan serio que para los que fallecieron por causa del asbesto como riesgo profesional, la Comunidad de Madrid firmó un acuerdo con sus trabajadores, por el que los cónyuges de los fallecidos por amianto recibirán 200.000 euros y los hijos hasta 115.000.
No es tan sencillo como se puede pensar. De hecho, en muchos casos la única pista es el año en que una edificación fue construida, porque fue un material empleado a partir de los años 60 y recordemos que en España no se prohibió hasta el año 2002, así que, si tu lugar de residencia fue construido entre esos años, lo más inteligente que puedes hacer es contratar una inspección.
Son tan serios los riesgos para la salud que representa respirar las fibras de este material, que ni siquiera lo puedes retirar tú mismo, como podrías hacer con cualquier otro material, sino que es todo un proceso que se lleva a cabo por personas especializadas que utilizan medidas extremas de bioseguridad para retirarlos, y nadie puede encontrarse en el lugar mientras lo hacen, así que, por tu propia salud y la de tu familia, tienes que deshacerte del amianto.
Fuente: www.que.es
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