Que los alimentos quemados producen cáncer y el uso prolongado de los dispositivos electrónicos también. Son varios los mitos y verdades que se tejen en torno a esta enfermedad, pero la última palabra sobre los cancerígenos la tiene la ciencia.
Y es que la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (Iarc, por sus sigla en inglés), encargada de promover la colaboración internacional interdisciplinar sobre esta enfermedad, en el ámbito investigativo, ofrece una clasificación de productos y actividades causantes de cáncer.
Así mismo, de acuerdo con Laura Isabel Varela Restrepo, hematóloga y oncóloga en la Clínica El Rosario, existe mucha información veraz acerca del cáncer ofrecida de forma gratuita en internet, con documentos como las Guías de Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos o las Guías para pacientes creadas por la National Comprehensive Cancer Network.
Algunos de los temas más comunes a desmitificar, según Mauricio Borrero Franco, ginecólogo-oncólogo de la Fundación Colombiana de Cancerología Clínica Vida, es la relación entre el uso de tinturas, desodorantes o aparatos electrónicos como el celular y el microondas, o el consumo de leche o carnes rojas, y su relación con el desarrollo de esta patología, al no existir evidencia científica concluyente.
Cancerígenos
La realidad sobre los cancerígenos, en opinión de Jorge Alberto Madrid Vélez, profesor del Departamento de Cirugía de la Universidad de Antioquia y cirujano oncólogo del Servicio de Mastología de la Fundación Colombiana de Cancerología Clínica Vida, es que los estudios sobre los factores que elevan el riesgo de sufrir cáncer son epidemiológicos.
Eso significa que se hacen con una gran cantidad poblacional, durante un tiempo determinado, y no con casos particulares, lo que hace que sea muy difícil establecer relaciones de causalidad, dado que, para que haya evidencia, los factores se deben repetir entre los individuos.
No obstante, el especialista dice que hay algunos desencadenantes de cáncer basados en los niveles de evidencia, como los productos ahumados carne o pescado debido a que la combustión del carbón puede generar productos citotóxicos.
A eso se suma, en sus palabras, el consumo repetitivo de bebidas muy calientes, causantes de quemaduras en el esófago que conducen a cambios estructurales en las células; la radiación, con un nivel de evidencia alto en la generación de tumores; los factores infecciosos como el Virus del Papiloma Humano, relacionado con el cáncer de cérvix, o el Helicobacter pylori, con el de estómago.
El tabaco influye en el desarrollo de cáncer de pulmón, mientras que la contaminación ambiental, sumada a otros aspectos, también podría desencadenarlo; la obesidad es un factor de riesgo para cáncer colorrectal y de mama, y el sol, a través de los lunares, o el uso de las cámaras bronceadoras, inciden en el de piel.
La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (Iarc) utiliza cinco sistemas de clasificación para evaluar, por niveles de evidencia, los factores cancerígenos: la evidencia del grupo 1 incluye los que tienen relación con muy buena sustentación científica para el desarrollo de cáncer en humanos; la 2A los probablemente cancerígenos; la 2B, los posiblemente cancerígenos, la 3, los que no se clasifican, y la 4, los probablemente no cancerígenos, explica el oncólogo Jorge Alberto Madrid Vélez.
De esa forma, define 107 agentes en el grupo 1, como las bebidas alcohólicas, la radiación ionizante, el tabaco, los rayos ultravioletas, el benceno y el amianto; en el 2A da cuenta de 58, entre ellos las cámaras bronceadoras, el trabajo en turnos que impliquen trastornos circadianos y la exposición al petróleo refinado; el 2B, suma 249, por ejemplo el café, los polvos de talcos higiénicos y los combustibles diesel; el 3, contiene 512, entre productos para dar color al pelo, la iluminación fluorescente o la sacarina, y en el 4, solo está la caprolactama.
Fuente: www.elcolombiano.com
http://www.elcolombiano.com/colombia/salud/cancer-entre-lo-posible-y-lo-probable-CA9626444