Amianto y justicia

Una de las razones que mas impotencia genera y frustración añadida al hecho causado en las víctimas de cualquier abuso, es el miedo a denunciar. Miedo por las represalias de quien como inductor, actor o verdugo causante de hechos o decisiones que generan dolor a voluntad... tiene alguna forma de poder.

Por parte del victimario, se dan por una motivación de interés personal;bien por lo económico y profesional, sectario e ideológico, por desprecio de clase y género, de etnia y raza, de club y equipo, de clan y casta... o impulso pasional por celos y complejos de inferioridad mal asimilados que se da en muchos machos, siendo bastantes de ellos... profesionales de la cosa pública.

En este abanico de victimarios, cabe hacer un plus de cargo a la clase política e institucional pues se les supone superioridad moral. No digamos ya si ocupara orden y mandato en un estamento judicial con base en impartir sentencias.

Sin entrar en cuestiones de política cruda, recordar casos de sentencias firmes muy mal acogidas por el colectivo de víctimas y un tanto maltratadas por los medios, pues la responsabilidad subsidiaria correspondía al estado y fueron resueltos con muchos flecos judiciales y silencios mediáticos: afectados por la Talidomida, fraude económico del aceite de Redondela (caso Reace), fraude alimentario con aceite de colza, etc. en lasque el factor común fue la desaparición física de pruebas, incluso de testigos.

La última sentencia en contra de un extrabajador afectado por asbestosis en la Sala 4 de la Audiencia de Donostia exime a la empresa de indemnizar a una víctima que fue jubilada a los 52 años con incapacidad permanente por enfermedad común. El INSS en 2018 le otorgó la total con 74 años, siendo incluido en el listado de trabajadores con enfermedad profesional por exposición al amianto en su puesto de trabajo.

Enfermedad muy dolorosa e invalidante (documental La plaza de la música), que exige muchos cuidados y medios económicos para disponer de personas liberadas en su entorno familiar. Para lo primero se ha avanzado mucho en los cuidados paliativos, para lo segundo, tiene mucho que ver la orientación de las sentencias judiciales con el hecho de las indemnizaciones económicas para hacerlo mas llevadero y en equipo.

Después de tantas arbitrariedades judiciales en décadas a vueltas por las audiencias, el hecho de que aún no exista un protocolo de actuación, permite anomalías como que se dé esa inversión de resoluciones judiciales en una misma Audiencia, para hechos análogos a juzgar con diferentes víctimas y la misma empresa como causante en origen de la actividad victimaria.

Fuente: www.noticiasdegipuzkoa.eus

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