Hasta hace poco no se descubrió que el amianto era peligroso para la salud, de hecho, los tipos más peligrosos son la crocidolita y la amosita. Para nuestro bien debemos saber que es raro que haya edificios actualmente que los incorporen en sus construcciones, pero de esto hablaremos con más detalles al final del texto.
Y es que muchas veces hemos oído hablar del amianto en edificios frases como «van a quitar el amianto del techo», «van a cambiar el amianto de las paredes». A lo largo de este texto entenderemos a que se refieren exactamente y veremos fotos para que sepamos cómo es un mineral de amianto en bruto.
Desde ya avisamos que, si tenemos este material en casa o hemos estado en contacto con él, lo mejor es hacer revisiones periódicas de nuestra salud, en busca de un posible cáncer de pulmón u otro tipo de cáncer.
¿Qué es y dónde se encuentra?
El amianto es un mineral natural compuesto pro fibras que se pueden separar en filamentos finos y es un material muy duradero. Su uso se extendió como aislante, ya que no es conductor de la electricidad y resiste al calor, el fuego e incluso al tratamiento con productos químicos. Para más inri, se usa para reforzar el cemento y otros materiales de construcción.
Es bastante peligroso para la salud, de hecho, está clasificado como cancerígeno desde hace bastante tiempo. Este riesgo viene porque cuando los materiales de construcción se erosionan podemos inhalar esas diminutas fibras y causan graves secuelas a largo plazo.
A día de hoy se puede encontrar amianto en edificios antiguos con este sistema de aislamiento, también en forros de frenos, revestimiento de tuberías, calderas, en buques, etc. Por norma general, los edificios que se están restaurando desde hace ya varias décadas suele ser para eliminar el amianto y colocar otro tipo de material.
Enfermedades que causa
El amianto causa diversas enfermedades, entre ellas diferentes tipos de cánceres. Vamos a decir a continuación las enfermedades más comunes propiciadas por este mineral natural que por suerte ya está retirado. Además, es muy difícil huir de sus efectos adversos, y a continuación entenderemos porqué decimos esto.
Lo curioso del amianto es que las secuelas son a largo plazo y de lenta aparición, ya que una persona que ha estado en contacto con este mineral, no desarrolla las enfermedades hasta pasados 10 años, e incluso 20años en algunos casos. De hecho, hay quienes participaron en las construcciones de algunos edificios y 40 años después sufrió las consecuencias con un cáncer de pulmón.
- Amiantosis, también conocida como la asbestosis. Se trata de una enfermedad respiratoria grave que provoca la cicatrización del pulmón y es irreversibles.
- Mesotelioma, se trata de un tipo de cáncer incurable que aparece en la pared abdominal en la capa interior del pecho. Es común en trabajadores del amianto, aunque de cara a la sociedad general, es un tipo de cáncer muy poco común.
- Cáncer de pulmón.
Cómo evitar los riesgos
Existen diversas formas de evitar los riesgos, y la más obvia es no estar en contacto con este mineral. De hecho, en el caso de la amiantosis, se sigue desarrollando incluso después de haber quitado el riesgo de nuestra vida. Y es que este mineral es tan toxico y peligroso que ni disminuyendo la dosis de exposición, nos libramos de las consecuencias.
Para evitar los riesgos solo podemos decir que lo mejor es no exponerse al riesgo, y si nos hemos expuesto, hacer controles médicos periódicos para coger a tiempo el cáncer de pulmón. Los expertos comentan que la vigilancia y los controles médicos son la única forma de reducir el riesgo de muerte casi segura por la exposición a este mineral.
Otros consejos es no manipular el mineral, y si tenemos que tratar con él, hacerlo con toda la protección respiratoria posible. No se recomienda manipularlo sin protección, de hecho, las únicas personas que pueden retirar el amianto, es personal cualificado con trajes de protección.
¿Se sigue usando en la actualidad?
Afortunadamente no. Se empezó a dejar de usar en la década de los 70 cuando ya había ciertas evidencias de su relación en multitud de casos de cánceres por la exposición a este mineral tan nocivo. Lo que sí quedan son edificios antiguos que no han sido reformados recientemente y pueden contener este material entre sus materiales de construcción.
La legislación europea, tal y como decimos en los siguientes párrafos, acabó con el uso de este mineral en toda Europa hace más de una década, pero no garantiza que no existen riesgos. Por lo que volvemos a recomendar la información exhaustiva en caso de comprar una casa con más de 50 años o alquilar un piso o construcción que también sea superior a unos 30 años de vida. Se supone que esa información nos la tiene que facilitar, pero por si acaso, la pedimos para ahorrarnos problemas respiratorios en un futuro no muy lejano.
La legislación referente al amianto prohíbe el uso de este mineral en la Directiva 1999/77/CE desde el 1 de enero de 2005, así que, si compramos una casa o alquilamos un piso anterior a esa fecha, será mejor que nos aseguremos que no tiene amianto en tuberías ni como aislante.
Además, la Directiva 2003/18/CE prohíbe también la extracción del amianto, así como su uso en la fabricación de otros productos y la transformación de este mineral. Y por si no quedara todo claro, en la otra ley de 2009 del Parlamento Europea, exige el control exhaustivo de las medidas de seguridad y de exposición al amianto por parte de los trabajadores.
Fuente: www.lifestyle.fit