Son numerosas las resoluciones del Ministerio de Defensa que reiteran que el amianto se encontraba presente tanto en los buques como en las propias instalaciones de la Armada, sin que por parte de la Administración militar se adoptara medida alguna de seguridad.
Por tanto, el Estado conocía perfectamente la perjudicialidad del material tóxico conocido como amianto, creando una situación de riesgo que en este caso los militares no tenían por qué soportar.
Puesto que el amianto se usó masivamente en los buques de la Armada española, pueden ser miles los militares que pueden estar afectados por las distintas enfermedades relacionadas con el amianto (asbestosis, cáncer de pulmón, mesotelioma, placas pleurales…) y deben reclamar
Y ello porque en muchos de los casos si existe prueba suficiente de la exposición al amianto, la reclamación de daños y perjuicios se resuelve sin necesidad de acudir a los tribunales ya que el Ministerio de Defensa es consciente de la responsabilidad del Estado y estima las reclamaciones previas que se interponen como requisito necesario para, en su caso, acudir a los Juzgados de lo Contencioso Administrativo.
Por ello contar con un buen asesoramiento jurídico es fundamental a la hora de conseguir, al menos, que se reconozca la responsabilidad de quien, indudablemente, causó el daño.
Existen múltiples asociaciones, grupos de afectados y profesionales expertos a disposición de los afectados por amianto y sus familiares, por lo que contar con ayuda no puede ser un obstáculo para luchar frente a este mal endémico que afecta y afectará a miles de personas.
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